Y entonces, de nuevo, aparecen unos de esos días.
De esos en los que los sentimientos aparecen más de lo que debieran,
los pensamientos bagan de nuevo y vuelven, y cortan y dañan...
Entonces es cuando miro a mi lado y simplemente no veo nada; ni nadie.
Las miro, las oigo y sobre todas las cosas, las envidio.
Por el tiempo, por la facilidad de los propósitos, por sus vanidades escondidas
y por el descaro que traen consigo sus palabras
Mis dias pasan, y con ellos mis sueños y deseos.
Cada vez, se hunden mas aquellas esperanzas que solo significan fantasías escritas en trozos de papel.
domingo, 17 de enero de 2010
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