martes, 13 de julio de 2010

Que quede en el pasado

Como hace mucho, ayer cogí mi antiguo reproductor y empezaron a sonar canciones de otros tiempos, haciendo del pasado, presente.

Sí, que se rían aquellos que no tienen fe en la musicoterapia. Pero para mí, la música, no eso solo un conjunto de sonidos agudos y graves que se mezclan con voces y expresan sentimientos; es la gracia de hacer que eso llegue tanto a mí que en menos de tres minutos se consiga cambiar mi estado de animo.

Entonces, mis pensamientos sobre el futuro se apartaron y, como he dicho, los sucesos pasados volvieron a mí.

Recordé palabras olvidadas, gestos que me hicieron daño, vaivenes de lágrimas en mi almohada, ilusiones rotas llenas de mentiras... Y así dije: NO

Me taparé los oidos, agacharé la cabeza y creeré en lo que se que puedo creer. Ignoraré mensajes de esperanza, romperé todas las cartas de ilusión y haré que el tiempo pase hasta que el aire de ti se vaya como el viento de levante.

Porque no confio en ti, pero sobretodo, no confio en mí.
No confio esta vez en mi fuerza de voluntad, en ser capaz de poner una tirita en otra pequeña grieta y en ignorar el daño que ya me hiciste.

No hay comentarios:

Seguidores