Siempre, en cada momento oscuro, es cada caída, en cada tropiezo tonto o accidente, en cada conveniencia, en todas las necesidades.. me llamas.
Acudes a mí, calmas tus lágrimas, gasto mi tiempo por ti, te consuelo, te animo y te ayudo.
Veces y más veces... ¿y para qué?
Ni me extrañas, ni me quieres, ni te preocupo, ni me tienes en cuenta.
Eres tú, siempre tú y solo tú
¿En qué momento empezaré a ser yo?
¿Sabes? Ha llegado ese momento.
Me es indiferente que sigas mirando por ti, yo estoy harta de dar todo pero no ser nadie ni nada.
domingo, 13 de diciembre de 2009
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